Hola
amigas; en esta oportunidad vamos a tocar un tema bastante delicado y no muy fácil
de entender, pero es muy importante que lo comprendan y lo tomen en práctica.
Para
aprender a amar, a nuestra pareja, primero tenemos que manejar el primer
mandamiento de la ley de Dios, que como saben es Amar a Dios sobre todas las
cosas y Amar al prójimo como a ti mismo, bueno esto no es una clase de religión,
pero es un principio fundamental para la vida. Para ser capaces de amar a
nuestros semejantes primero tenemos que ser capaces de amarnos nosotras mismas.
nuestros semejantes primero tenemos que ser capaces de amarnos nosotras mismas.
Ahora
te hago una pregunta ¿Tu te amas tal cómo eres?
Amárnos
nosotras representa, el respetarnos, valorarnos, honestidad con nosotras mismas, aceptarnos con nuestro
defectos y virtudes, de donde venimos y para donde vamos. Cada una de nosotras
somos seres únicos y perfectos.
Desafortunadamente
no es fácil aceptarnos como somos, nosotras mismas somos las primeras en
juzgarnos, y nos reprochamos nuestras faltas, y hasta nos torturamos. Por esta
condición de juzgadoras, también juzgamos severamente a los demás.
El respetarnos significa, estar
dispuesta a pensar de manera independiente, a vivir de acuerdo con nuestra
propia mente y a tener el coraje de atender a nuestros propios juicios y
percepciones.
Es saber no solo lo que pensamos, si no también lo que sentimos, lo que queremos, necesitamos, deseamos, lo que nos hace sufrir, sentir miedo o lo que nos irrita, y a aceptar nuestro derecho a experimentar esta variedad de sentimientos. La actitud contraria es la negación, el desapego, la represión: el autorepudio y la autocompasión.
Conservar una actitud de auto-aceptación: aceptar lo q somos, sin oprimirnos ni castigarnos, sin fingir con respecto a la verdad de nuestro propio ser, ya sea con el fin de engañarnos a nosotros mismos o a cualquier otra persona. Es vivir de un modo auténtico, hablar y actuar de acuerdo con nuestras convicciones y sentimientos más íntimos.
Es negarse a aceptar la culpa inmerecida y hacer todo lo posible por corregir la culpa que podamos haber merecido. Es hacer respetar nuestro derecho a existir, q proviene del conocimiento de q nuestra vida no pertenece a otras personas, y de q no estamos aquí en la tierra, para vivir de acuerdo con las expectativas de los demás. Para muchas personas esto representa una responsabilidad aterradora.
Es amar nuestra propia vida, amar nuestras posibilidades de madurar y de experimentar alegría, amar el proceso de descubrir y explorar las potencialidades distintivamente humanas q poseemos.
Es saber no solo lo que pensamos, si no también lo que sentimos, lo que queremos, necesitamos, deseamos, lo que nos hace sufrir, sentir miedo o lo que nos irrita, y a aceptar nuestro derecho a experimentar esta variedad de sentimientos. La actitud contraria es la negación, el desapego, la represión: el autorepudio y la autocompasión.
Conservar una actitud de auto-aceptación: aceptar lo q somos, sin oprimirnos ni castigarnos, sin fingir con respecto a la verdad de nuestro propio ser, ya sea con el fin de engañarnos a nosotros mismos o a cualquier otra persona. Es vivir de un modo auténtico, hablar y actuar de acuerdo con nuestras convicciones y sentimientos más íntimos.
Es negarse a aceptar la culpa inmerecida y hacer todo lo posible por corregir la culpa que podamos haber merecido. Es hacer respetar nuestro derecho a existir, q proviene del conocimiento de q nuestra vida no pertenece a otras personas, y de q no estamos aquí en la tierra, para vivir de acuerdo con las expectativas de los demás. Para muchas personas esto representa una responsabilidad aterradora.
Es amar nuestra propia vida, amar nuestras posibilidades de madurar y de experimentar alegría, amar el proceso de descubrir y explorar las potencialidades distintivamente humanas q poseemos.
Valorarnos representa el ser
capaces de aceptar nuestras virtudes, nuestras capacidades, es darle valor a lo
bueno que hemos hecho, a los logros que hemos alcanzado por pequeños que
creamos que sean, a los intentos por superarnos, por hacer de nuestras
debilidades nuestras fortalezas, apreciar nuestras propias experiencia y la sabiduría
que ahora poseemos por vivirlas, ese valor que le damos a nuestra vida no nos
hace mujeres poco humildes o narcisistas. No aceptar nada menos de lo que nos merecemos o queremos.
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